Roma nombra a Viriato amicus populi romani, como premio a la misericordia que el caudillo lusitano mostró al perdonarle la vida al general Serviliano y a sus hombres. Comienza para Viriato y su pueblo un período de paz. Pero Cepión, el nuevo cónsul, no está dispuesto a consentir que un bárbaro se enorgullezca de haber obligado a Roma a firmar un tratado. Con la connivencia del Senado, rompe este tratado de paz. Viriato se ha convertido en un símbolo para las tribus enemigas de Roma. Y Cepión pretende demostrar que no hay símbolo lo suficientemente fuerte que Roma no pueda doblegar. Aunque sea por medio de la traición…
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3 de agosto de 2018
Viriato
de Florián Recio