Eduardo Moreno obtiene el Premio Ceres al Mejor Escenógrafo

Trasladar la crítica al zar Nicolás I a la clase política española actual y ambientar la época de crisis que vivió Estados Unidos tras el crack del 29, le han valido a Eduardo Moreno el Premio Ceres de Teatro al Mejor Escenógrafo. Así lo ha decidido el Jurado de esta primera edición de los galardones que preside la actriz Ángela Molina. Su nombre ha sido uno de los más pronunciados y escritos del ámbito teatral del último año, ya que tres de las producciones escénicas más taquilleras, premiadas y comentadas llevan su sello como escenógrafo. Gracias a él, entre otros, hemos podido ver sobre las tablas del Teatro Valle-Inclán la crítica a la clase dirigente de El Inspector, de Nikolái Gógol, pero a la española. O trasladarnos desde el madrileño y actual Teatro Español a la depresión estadounidense de los años 30 con De ratones y hombres. Además, el nombre de este escenógrafo y director técnico sonó con fuerza en la pasada edición de los Premios Max, ya que fue finalista en la categoría de Mejor Escenografía por Veraneantes.

Eduardo Moreno es el responsable también de la escenografía y los entornos visuales del espectáculo Noches frías en Oslo, de Christian Vázquez, para la RESAD. Como responsable desde 2006 del área de escenografía y proyectos de 3D Scenica S.L., es responsable del diseño de Camino Real, de Tennessee Williams; la adaptación para la gira de la escenografía de Paco Azorín para Grease, el musical de tu vida; ayudante de escenografía de Sidi Larbi Cherkaoui & María Pagés en Dunas; escenografía y dirección técnica de los conciertos del grupo Innocence; adaptación del diseño original americano de Scott Pask para El Rey de bodas;  adaptación del musical londinense Sound of Music para los teatros Coliseum y Nuevo Apolo de Madrid; y adaptación para la gira de la escenografía de Ramón Ribalta para FAMA, el musical.

Como director técnico es responsable de la gira 2010 de Grease, el musical de tu vida, así como de la Gala Inaugural Presidencia Española de la Unión Europea en el Teatro Real de Madrid; la gira internacional 2009-10 de Dunas; la reposición en el Teatro Bunkumura de Tokio de Elizabeth, the last Dance; la dirección técnica de la producción del Teatro Español Las Troyanas; las giras 2007-08 de El Principito y Cyrano de Bergerac; y la gira de FAMA, el musical.

El inspector

La versión y dirección de la comedia de 1836 de Nikolái Gógol El Inspector corrió a cargo del director de escena Miguel del Arco y se pudo ver en el Teatro Valle-Inclán, del Centro Dramático Nacional, del 4 de mayo al 16 de junio. Se trata de una obra en la que la visión ácida y crítica que tenía Gógol de la Rusia del zar Nicolás I encuentra su expresión universal. En esta versión más ligera de la obra, la crítica gira en torno a la corrupción política y el deterioro de la clase dirigente. El diario El Paíscalificó el trabajo de Eduardo Moreno en este montaje como ?ambientación españolísima?; en una crítica sobre el espectáculo en Madridteatro se pudo leer: ?Eduardo Moreno ha diseñado una escenografía espectacular?; y en otra publicada en Madridiario: ?En un decorado monumental, un gran puzle se encaja y desencaja ágilmente?.

De ratones y hombres

La adaptación y dirección de De ratones y hombres, la trágica historia que el Nobel de Literatura John Steinbeck publicó en 1937, también son cosecha de Miguel del Arco. Debido al gran éxito de esta novela, el escritor estadounidense la convirtió en una obra de teatro. Fernando Cayo y Roberto Álamo dieron vida a George y Lennie respectivamente en el Teatro Español del 12 de abril al 27 de mayo, los protagonistas de una tragedia moderna devastadora que se desarrolla bajo el manto de la depresión norteamericana de los años treinta, de la que Steinbeck fue testigo de primera mano. El País publicó: ?estupenda escenografía de Eduardo Moreno?; y en Todosalteatrose pudo leer sobre el trabajo del escenógrafo que los actores ?están inmersos en una fantástica escenografía de Eduardo Moreno que, junto a la iluminación de Juanjo Llorens, crea transiciones espectaculares en un lenguaje cinematográfico que no sólo agiliza la función, sino que además consigue hacer bellas las escenas en la árida Oklahoma?.